Este artículo es una opinión personal de Jordi Castellví.
La actual politica institucional cuenta con poca confianza por parte de la ciudadanía en general y de los jovenes en particular. Esto ha llevado, a menudo, a afirmar que los jóvenes “pasan” de política, pero lo cierto es que manifiestan un notable interés por cuestiones políticas y desean crear su propio espacio de participación.
Educación política es un concepto que nunca ha tenido la simpatía ni de maestros, ni de políticos, y ni siquiera de madres y padres. Es un concepto que no sale en el currículo de forma explícita y que tampoco es mencionado en tertulias o en debates cuando se habla de educación. Sin embargo la educación política es un aspecto muy importante en la formación de los ciudadanos ya que vivimos en una sociedad democrática y, por tanto, política.
El rechazo a la educación política
En mi opinión, una buena parte de las madres, los padres, y los profesores rechazan la idea de la educación política porque les suena a adoctrinamiento. Así educación política sería condicionar los alumnos para que en un futuro voten uno u otro partido o se decanten por derechas o izquierdas, o por nacionalismos. Consideran que esta influencia cultural debe venir de la familia y que por lo tanto no se debe tratar en la escuela.
Por otra parte, entiendo que los políticos, además de pensar lo mencionado anteriormente, pueden comprender que educar a la ciudadanía para participar en el juego democrático de forma competente puede suponer un cambio social progresivo que haría peligrar su poder y su manera de actuar habitual.
¿Qué es la educación política?
La escuela tiene, entre otras responsabilidades, la de ayudar a los jóvenes a descubrir el papel social que pueden ejercer como ciudadanos. La escuela es un buen espacio para desarrollar e incluso consolidar prácticas políticas democráticas. La educación política no es en ningún caso adoctrinamiento sino formar a la ciudadanía para la participación en la comunidad y gestionar el cambio social que está en sus manos. La educación política es en definitiva educación para la convivencia democrática y para la acción social en comunidad.
La educación política y la democracia directa
El ejercicio de la democracia es siempre contextual pero la aspiración a cotas cada vez más elevadas de democracia no tiene fin. En este sentido, la democracia directa es una cota de democracia más elevada que la que tenemos actualmente. La materialización de esta aspiración natural de la democracia pasa ineludiblemente por la educación política y, por tanto, la democracia depende de la educación política para alcanzar toda su fuerza.