La transparencia es uno de los pilares de la ideología Pirata. Creemos que la información debe ser pública y fácilmente accesible, incluyendo en especial la información que haga referencia a las cuentas públicas. Este principio básico del funcionamiento Pirata puede ser de gran ayuda a la hora de solucionar los problemas económicos del Estado.
Pensemos para empezar que la transparencia supone un cambio radical dentro del propio sistema. Este cambio dificulta la aparición de determinadas ineficiencias que hoy en día lastran algunas economías mundiales (en concreto la de nuestro país).
Un caso bastante claro de ver es el de la corrupción política. Actualmente no es inusual ver a políticos de casi cualquier ideología lucrándose de manera ilícita con la actividad pública. Por desgracia, podemos pensar sin demasiada dificultad en unos cuantos ejemplos que pueblan nuestras hemerotecas.
La corrupción existe por la falta de transparencia. Un político que pueda gestionar cuentas públicas sin demasiado control es un político expuesto al riesgo de la corrupción. Sin transparencia, puede resultar difícil demostrar que un político ha percibido incrementos no justificados de su patrimonio a cambio de conceder ventajas arbitrarias a particulares. Los recursos públicos que no gozan de total transparencia pueden ser derivados a fines ineficientes sin que nadie sepa que esto ocurre.
Aplicando la ideología Pirata de transparencia, estas circunstancias no podrían tener lugar. Veamos cómo funcionaría la actividad pública en un sistema que siguiera el ideario de Pirates de Catalunya.
Supongamos que existe un político corrupto que desea lucrarse personalmente con sus actividades de cargo público. Por ejemplo, ofreciendo a “amigos” concesiones por precios diferentes al de mercado; esos “amigos”, a cambio, harían “regalos” al político en cuestión. Hoy día ese político sabe que será difícil demostrar la existencia de un delito de cohecho, porque quien acusa tiene la carga de la prueba. Esto significa que, aunque exista corrupción, se tiene que demostrar:
1) Que ha habido un enriquecimiento ilícito.
2) Que ese enriquecimiento ha sido originado por otorgar una ventaja política arbitraria.
Sin tener transparencia, no podemos conocer si el patrimonio del político corrupto se ha incrementado de forma injustificada. Ello priva al público de la posibilidad de demostrar el número 1.
Sin transparencia, tampoco podemos saber a ciencia cierta si la ventaja política ha sido otorgada de forma arbitraria o no. Lo que nos priva igualmente del número 2.
Hay una alternativa a esta situación, que nos permite (incluso preservando el sacrosanto principio de presunción de inocencia) señalar sin tapujos ni dudas los casos de corrupción.
Imaginemos que el político de nuestro ejemplo se viera obligado a hacer una declaración de sus bienes al inicio de su ejercicio. Imaginemos que cada incremento o disminución del mismo tuvieran que ser igualmente declarados. Imaginemos por fin que al acabar su mandato el político tuviera que publicar el estado de sus cuentas.
En estas circunstancias, sería fácil comprobar si el político ha recibido regalos no justificados. Con un régimen de transparencia, el público podría saber (con un simple clic en internet) de dónde viene cada céntimo de euro de sus cuentas, y en qué se lo gasta. De este modo, la corrupción deviene casi imposible. En el momento en que hubiera un desequilibrio entre lo aceptable y lo injustificado, los medios de comunicación podrían hacer saltar la alarma, y las autoridades judiciales podrían investigar si existe o no cohecho.
Esta investigación se vería reforzada por otra vía: al existir una transparencia total, se sabría en qué se ha gastado el dinero público gestionado por el político corrupto de nuestro ejemplo. Y se sabría en tiempo real: en el mismo momento de hacer el desembolso, la información estaría libremente accesible por internet. Ello permitiría alertar a la población también en tiempo real, ante cualquier movimiento que pareciera poco honesto. No habría que esperar meses o años a que las autoridades recopilaran la información… porque esa información ya sería pública.
Es decir, la transparencia total nos ofrece de forma automática los puntos 1 y 2 que mencionábamos arriba. Por lo tanto, un sistema transparente como el que propugna Pirates de Catalunya supone una protección adicional de la economía.
Fabián Plaza Miranda
molt interessant, jo afegiria ; que quantitativament la transparència tb ajuda a identificar el malbaratament de recursos, perquè tan sols hi ha una diferència ética entre la corrupció i el malbaratament, però les consequències son força semblants.
Salut i força!