El día 28 de Marzo el Parlamento islandés fue disuelto, a raíz de la convocatoria de elecciones nacionales para el día 27 de Abril.
En su último estertor, los partidos mayoritarios han decidido acabar, por inacción, con la tramitación de la nueva constitución, redactada colaborativamente por miles de ciudadanos vía Internet. Las presiones del Independence party, que cuenta con 16 de los 63 escaños, han conseguido acabar con el sueño islandés.
Smári McCarthy retransmitió por Twitter como, junto a otras votaciones, relegaron la nueva constitución a ser la última cuestión a tratar. Hacia las 02:21 se inició la votación que acabó con ella, al no alcanzar la mayoría que necesitaba para ser aprobada .
Las demoras que han surgido durante el debate, provocadas por las reticencias de los partidos con mayor representación en el Parlamento, han llevado a la constitución a este callejón, forzando a que se vuelva a iniciar toda la tramitación en la siguiente legislatura de Islandia.
No todo está perdido. Su espíritu permanece en el partido pirata islandés, que seguirá defendiéndola y exigiendo mayor transparencia y participación de la ciudadanía en las instituciones. Basada en las ideas del proyecto Icelandic Modern Media Initiative (IMMI), la no aprobación de la nueva constitución ha suscitado protestas en las calles de Reykjavik, por parte de una población que aprendió de los errores durante su propia burbuja pero que todavía no ha encontrado soluciones desde las instituciones.
El camino se ha iniciado. A pesar del sabotaje llevado a cabo por los partidos mayoritarios, el pueblo islandés ha demostrado su valía, diferenciándose de los líderes que les han llevado a la bancarrota y trabajando de forma colaborativa, alcanzando así una mayor implicación y responsabilidad de la ciudadanía en la vida política. Estos avances son, en sí mismos, el principio del cambio, lo que sin duda augura una larga lista de éxitos futuros y supone una brizna de esperanza para todos aquellos que creemos que existen alternativas a la actual mala y opaca gestión de nuestros gobiernos.
Con su ejemplo, los piratas de todo el mundo no cejaremos en nuestro empeño por crear una sociedad basada en los valores de participación, transparencia, y acceso a la información y a la cultura, que creemos imprescindibles para una vivir en una verdadera democracia.
Así rezaba el inicio de la nueva constitución:
“We, the people who inhabit Iceland, wish to create a just society where every person has equal opportunity.”
La nueva constitución ha muerto, ¡larga vida a la nueva constitución islandesa!