Egipto: transformación y signos de una cultura planetaria

Egipto, Transformación y los Signos de una Cultura Planetaria

Jeremy Johnson

[ original]

 

Parece como si el mundo estuviera entrando en una nueva era revolucionaria: la era del ‘Despertar de la Política Global’. Dicho “despertar” se va materializando en diferentes regiones, en diferentes naciones y bajo diferentes circunstancias, pero siempre influenciado por las condiciones globales.
Andrew Gavin Marshall, [Are We Witnessing the Start of a Global Revolution?] Center for Research on Globalization.

 

Hay ciertos momentos en que, de entre  la fanfarria habitual de las historias de los medios de comunicación, emerge un acontecimiento que transforma la sociedad. De entre la mediocre y bufa acción política emerge algo realmente novedoso. Cada cierto número de décadas podemos ser testigos de una ocasión histórica, pero lo que estamos viendo en el Próximo Oriente es de una importancia única, no solo para la región sino para una emergente cultura de alcance planetario.

A menudo, el espíritu de la revolución suele emerger en tiempos oscuros, y que mejor lugar que en el Próximo Oriente: un área del mundo atormentada por una violencia sin fin y por conflictos de difícil solución, provocados por las potencia hegemónicas de cada momento. No hace tanto tiempo, fue la Unión Soviética que sucumbió ante las potencias del Oeste; ahora son los EEUU y las potencias occidentales mismas las que pueden perder el control de la región.

La chispa saltó en Tunez con la ayuda ciertas webs, como Twitter y Wikileaks, que dieron relevancia a hechos como la autoimmolación de jóvenes y la corrupción del régimen. En Occidente, Internet ayudó a resucitar la hasta entonces demonizada  Al-Jazeera, marginada en la América post 11S. Tanto culturalmente como politicamente, determinadas influencias de Occidente en el resto del mundo se están difuminando.

La Rueda de la Historia

Lo que menciona Andrew Gavin Marshall en su artículo encierra un profundo significado y una verdad arquetípica. Hace mas de mil años “las invasiones vikingas unieron a los pueblos de Europa en el miedo, anunciando el eventual surgimiento de una civilización europea”.

En la Historia, cualquier “surgimiento” suele ir precedido de una época de oscuridad. Así, en nuestra Era, los pueblos del mundo vuelven a estar unidos ante un peligro global; guerra, hegemonía, industrialización, polución y ecocidio. Estas amenazas unen al mundo entero en una crisis colectiva, en la que la única salida es su superación. Como pasó con civilizaciones anteriores, la futura sociedad planetaria está naciendo en la oscuridad de la noche. Es interesante observar que Egipto fue uno de los lugares en que nació la actual civilización. De nuevo, en la espiral del tiempo, intersectando con el pasado, Egipto vuelve a aparecer como una importante expresión (simbólica y literal) de transformación.

Es una excelente señal saber que los manifestantes Musulmanes y Cristianos se unieran en un espíritu revolucionario común, protegiéndose unos a otros durante sus horas de oración.

Esta revolución cultural es muy similar a aquel fuego cultural que barrió Europa imponiendo, en primer lugar, las Monarquías Constitucionales para, posteriormente y mediante verdaderas revoluciones, instaurar gobiernos democráticos. Ahora podemos comprender el rol que la aparición de la prensa escrita y la subsiguiente sociedad literaria que emergió, tuvo en la transformación cultural de aquel tiempo (así como en la revolución científica).

Seria un error ignorar el impacto que está teniendo Internet en la sociedad actual. Como hizo en su dia la prensa impresa, Internet ha alterado radicalmente las vías por las que podemos obtener información y, mucho mas importante aún, las vías de compartirla. La amplia estructura de la web favorece la participación, la transparencia y la colaboración. Ello ha hecho posible a webs como Wikileaks ser un elemento de ignición de las protestas en Tunez.

Transformación, Evolución

Si hacemos una pausa para poder contemplar con tranquilidad, como contemplaríamos una pintura que se está ejecutando, el cuadro de la sociedad que se está generando, podríamos afirmar que somos testigos de una transferencia de poder desde las naciones-estados industrializadas, basadas en la jerarquía y donde el centro controla a la periferia, hacia organizaciones políticas de colaboración y participación. Este cambio no es solo otra revolución a añadir a las páginas de la historia, es una real y verdadera alteración en la estructura de la sociedad humana, de una magnitud jamás observada desde el nacimiento de nuestra cililización.  La significáncia de Egipto resuena como un símbolo para la evolución humana.

La civilización misma está basada en un centro (ciudad) que controla a su periferia (agricultura, recursos, campesinos); podríamos  comparar la estructura de la civilización a una especie de “ego colectivo” de naturaleza jerárquica.

Espiritualmente hablando, el final de un “centro controlador” podría ser considerado como una especie de iniciación para el género humano; una invitación a crear un nuevo modelo de vida  en la cual el “centro” esté en todas partes y en ninguna parte, con la personas unidas en una cultura democrática que sería, de lejos, mucho mas compleja de lo que hoy podamos imaginarnos.

El paso de una cultura basada en el consumo de hidrocarburos fósiles a otra basada en las energias renovables, de naciones limitadas por fronteras a la “web” absolutamente abierta (algo parecido a la “noosfera” de PierreTeilhard de Chardin) producirá, casi con toda seguridad, un profundo impacto en la psique humana.

Para que dicha transformación tenga lugar, debemos reconocer que las fuerzas opresoras nos ofrecen la oportunidad de transformar el plomo en oro, de transformar algo que consideramos corrupto e impuro en algo sublime. Lo que una vez fue la triunfante expresión de poder y dominio de la naturaleza, y de otros seres humanos, se ha transformado en una tumba de la que deberemos aprender a liberarnos; solo de este modo nuestra crisis global podrá unirnos en una transcendencia global. Sospecho que este es solo el comienzo de un verdadero, radical y evolutivo cambio de la sociedad humana.

 

Traducció: Antoni Serra Devecchi

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