¿Socialistas sólo de nombre?

 

En el artículo de Brandom Storm,”Dying Breeds:Moderate Republicans and Spanish Socialists” [Razas Moribundas: Los Republicanos Moderados y Los Socialistas Españoles”]  publicado el pasado 25 de abril “Dissent Magazine”, una de las publicaciones de referencia de la izquierda de los EEUU, se compara la languidez de la socialdemocracia europea (con el PSOE como paradigma) con la del ala moderada del Partido Republicano de los EEUU. El autor apunta a la falta de audacia y a la pérdida de voluntad transformadora de estas formaciones políticas europeas, manifestada en su constante preocupación por dar la imagen de una opción moderada y aceptable por la derecha económica, como la principal causa de su declive. Frente esta carrera por aparecer como una corriente más de la derecha económica, los ciudadanos parecen estar optando por la “versión original” en lugar de por “la copia”… Veamos un resumen del artículo:

Uno de los más notables acrónimos que se ha incorporado al léxico de la política norteamericana en estos utimos años es el de RINO: Republican In Name Only [Republicanos Sólo De Nombre]; un emergente paria de la derecha. En el año 2010, un pequeño grupo de Republicanos moderados fue literalmente barrido en las elecciones primarias por los excéntricos de extrema derecha y la gente encantadora del Tea Party, fortalecidos por los representantes de las organizaciones y los grupos de base del partido.

Hace un mes expresé a  una joven militante de izquierda en un barrio obrero de la capital española mis impresiones, pesimistas, sobre la evolución de la política en los EEUU. Pero pude constatar que su preocupación no eran, en absoluto, los RINOs, sino los SINOs [Socialist In Name Only = Socialistas Sólo De Nombre] del actual Partido Socialista Obrero Español. Con una España tambaleándose aún por el estallido de una enorme burbuja inmobiliaria, lastrada por una tasa de desempleo superior al 20% y una desconfianza en el valor de su deuda pública, el gobierno del PSOE  ha centrado toda su acción en intentar  aplacar la preocupación de los mercados financieros de que la situación española pudiera ser la chispa de una catastrófica desintegración de la eurozona. Esta actitud del ejecutivo español se ha materializado en la adopción de una serie de medidas de austeridad,  que tan de moda se han puesto en Europa.

El error de la austeridad se ha extendido a gobiernos “socialistas” de países con economías en peor situación que la española. El infame rescate de Grecia se hizo necesario después de que el primer ministro socialista, George Papandreu, hubiera puesto en marcha un plan estricto de austeridad que, no sólo no consiguió un saneamiento del déficit fiscal sino que, además, provocó todo un rosario de huelgas generales a lo largo y ancho del país. En Portugal, el líder socialista José Sócrates dimitió como primer ministro cuando la Cámara legislativa rechazó su plan de austeridad y Portugal se vio forzada a convertirse en el tercer país europeo, tras Grecia e Irlanda, en aceptar un rescate.

En toda Europa, los gobiernos socialistas son los que están implementando algunos de los presupuestos más espartanos de toda la UE.

La sola mención de Zapatero, Presidente del Gobierno de España, o de su partido, el PSOE, fue suficiente para provocar una expresiva mueca en la cara de mi amiga madrileña.

“No son realmente socialistas”, me comentó con cierto desdén. Tras mi inicial sorpresa, intenté averiguar lo que podía estar provocando tal desdén. Después de todo, ¿qué soluciones se ofrecen realmente para salir del estancamiento económico y de las altas tasas de desempleo?. ¿Recortar gastos e implementar medidas de austeridad con menos severidad de lo que harían sus oponentes de la derecha? Como ella, no pude si no suspirar y menear la cabeza ante el intrincado lodazal del cual, los “Socialistas”, parecen ser incapaces de sacar el país.

Esta reacción fatigada es síntoma de una cosa que estos SINOs no tienen en común con los RINOs Norteamericanos: un enérgico movimiento en sus bases presionando en su contra. La genuina formación izquierdista, Izquierda Unida, el único partido de alcance nacional junto al centro-izquierda del PSOE y del centro-derecha del PP, ha estado jugando un rol muy marginal en la política española de los últimos años, y lo sigue jugando en la actualidad.

También me recordó otro notable acontecimiento en la cultura política de los EEUU, un acontecimiento que he sentido con mayor intensidad que la difícil situación por la que están pasando los RINOs y los SINOs en su lucha por la supervivencia: el creciente desencanto de la Izquierda con un líder carismático que parece más preocupado de apaciguar preocupaciones y de parecer moderado que de movilizar a aquellos que están de su lado. Para ser justos, el Presidente Obama se encuentra aún lejos de las cotas de impopularidad alcanzadas por su homólogo español, el Sr Zapatero. Aún así, no estaría de más que tomara como una advertencia la situación por la que está pasando la socialdemocracia en Europa.

Mientras que Obama, en su discurso sobre el presupuesto, logró transmitir una elocuente y razonable visión de cómo reducir el déficit, en claro contraste con los republicanos de la Cámara, esto, en sí mismo, es ya un problema; tras un acuerdo sobre el presupuesto que supone un recorte de 38 mil millones de dólares en gastos, el debate ya no se centra en si es o no conveniente recortar los gastos, si no en cómo debe hacerse el recorte. Hay ocasiones que el presidente parece reconocer esto, declarándose “partidario” de no recortar los gastos hasta que se inicie una recuperación económica. Sin embargo, esta postura es inmediatamente matizada con la afirmación que “no hacer nada contra el déficit no es una opción. Nuestro endeudamiento ha crecido tanto que se podría provocar un grave daño a la economía si no iniciáramos un proceso de poner fiscalmente en orden nuestra casa.”

Esta advertencia no es nada comparada con las predicciones malthusianas de tragedia económica (los billones de dólares que nuestros hijos deberán pagar en concepto de intereses a …¡China!), que también utiliza Obama para justificar la prioridad de recortar el déficit. Pero si algo puede enseñarnos el destino de Sócrates y Zapatero, es que lo que hace a un político popular no es lo razonable que sea el plan de recorte del déficit que proponga, sino el número de votantes que tienen empleo el día del sufragio.

En un momento en que las tasas de desempleo rozan los dos dígitos, una Casa Blanca que ha sido demasiado optimista sobre la fortaleza de la economía desde un buen principio, parece haberse centrado sólo en esta. La ex-asesora económica del presidente, Christina Romer, que  propugnaba un mayor estímulo y un mayor gasto federal, ha afirmado que “la administración no está actuando con la necesaria agresividad para combatir el desempleo.”

Lo que necesitamos, tanto mi amiga madrileña y yo, como el pueblo americano, es, usando una expresión coloquial, “poder coger el rábano por las hojas”; no acciones que se limiten al “control de daños”, sino acciones más agresivas que nos aseguren que podamos volver a recuperarnos con buen pie. Cediendo decenas de miles de millones de dólares de los presupuestos, sin apenas resistencia mientras se van manteniendo las altas tasas de desempleo, es no ir más allá de lo que van los planes de austeridad que se llevan a cabo en España. Sólo nos cabe esperar que los republicanos de la Cámara, en la batalla que se avecina para intentar elevar el techo de la deuda, intenten “secuestrar” los presupuestos y que el presidente se centre menos en aparecer como el autor de una propuesta de compromiso racional y más en luchar con uñas y dientes por las políticas económicas que los ciudadanos nos merecemos.

 

Resumen de Antoni Serra Devecchi

8 respostes a “¿Socialistas sólo de nombre?”

Deixa'ns un comentari

  • (no el publicarem)