La Manoli ens explica què busca, i què ha trobat, a PIRATA.CAT
Cuando todo parecía perdido, y de nuevo nos encontrábamos sobre salvavidas y tablas de madera donde simplemente nos podíamos mantener a flote, aparecen por el horizonte unos navíos sencillos, que se aproximan para llevarnos de nuevo a tierra firme. Sorprende quizás que ondeen en sus mástiles banderas pirata.
Quizás el nombre puede inducir a la duda y dar a pensar que son un grupo de informáticos o gente que quiere legalizar el tema de las bajadas por internet, pero esto está lejos de sus principales objetivos.
Para empezar, no son sólo informáticos: hay abogados, profesores, diseñadores, publicistas, estudiantes, amas de casa. Son gente corriente, con una única inquietud: trabajar para conseguir un futuro mejor.
Puede ser que en un primer momento primara el tema de la supresión de los cánones que se cobran por la utilización tanto de música, material gráfico e informático. Pero si nos miramos su ideario, podemos ver entre sus objetivos la consecución de un sistema educativo de calidad, con más recursos, que no limite la capacidad de aprendizaje del alumno, sino que utilice las capacidades individales para desarrollar las cualidades de cada uno, obteniendo un mayor rendimiento y un nivel cultural mucho más alto.
También contemplan la transparencia de los fondos públicos. ¿Cuántas veces nos hemos preguntado a dónde van a parar nuestros impuestos? Con la política de transparencia que pretenden llevar a cabo, se acabará esta duda.
Y más cosas: el acceso público a la cultura; la defensa de los derechos y libertades; la utilización de software libre en la administración pública y centros de enseñanza para ahorrarnos las fortunas que pagamos en licencias. Todo esto y desde sus comienzos, contado con la opinión de sus afiliados, utilizando un sistema de democracia directa para velar por la voluntad del pueblo.
Hasta hace poco, estaba preocupada por este futuro incierto, cansada de escuchar el pesimismo generalizado, la famosa palabra “crisis”, el lamento unánime “¿qué le vamos a hacer?”; cuando, de repente y por casualidad, me llegaron nuevos aires optimistas, energías positivas, coraje, soluciones, entusiasmo, esfuerzos y ganas de trabajar duro.
Mientras desde el gobierno sólo se escuchan lamentos y, desde la oposición, reproches, este grupo de profesionales dedica sus esfuerzos a la búsqueda de soluciones. No recuerdo haber oido recriminaciones ni gimoteos desde que navego con ellos. Lo que si he visto, es como han trabajado contra reloj y sin descanso para conseguir presentarse a las próximas elecciones.
Se llaman Pirates de Catalunya y por ahora son, para mí, la única esperanza existente de que las cosas pueden cambiar.
Conseguido el primer objetivo, el más importante, no han bajado la guardia y siguen dedicando las horas, de las que no disponen, a buscar soluciones para suavizar todo lo que nos está pasando.
Era lo que buscaba:
- NO quiero unos dirigentes que prometen subir las pensiones y luego además de bajarlas, suben los impuestos indirectos para empobrecer más al pueblo.
- NO quiero un sistema educativo, donde se premia la ley del mínimo esfuerzo y se manipulan estadísticas bajando el listón del nivel escolar, para que parezca que tenemos grandes genios en las clases.
- NO quiero una clase política acomodada que toma decisiones al margen de la opinión del pueblo.
Y como ahora tengo otra opción, voy a subir al barco pirata y ayudaré en lo que pueda, como grumete, remero o ayudante de cocina, para conseguir el objetivo final, llegar a tierra y hacer de esta, un lugar mejor….
Al abordaje.
Manoli Martín.