Reunión (Yes we camp!)

– ¡Despierta, perezoso!
Lo primero que vio el niño fue la cara sonriente de su madre, oliendo a flores. Se frotó los ojos mientras se acostumbraba a la luz que poco a poco entraba por la ventana polarizada. Después, para demostrar que no era ningún perezoso, se incorporó.
En realidad tenía ganas de despertarse. Era el día de la reunión. Le gustaba la reunión.
Como era un chico grande, casi seis años ya, su madre dejó que se preparara solo. Se levantó para ir a lavarse y, cuando casi había salido de su habitación, recordó algo de repente. ¡Su madre siempre le decía que ordenara su cuarto antes de salir! Aquel día tenía ganas de portarse bien, de modo que lo hizo.
– Hogar, limpieza -dijo al aire.
De debajo de su cama salieron un par de autómatas metalizados con aspecto de divertidos cangrejos. En silencio, comenzaron a recoger y doblar su ropa, a hacer su cama, a guardar sus juguetes. A ordenar su cuarto.
Satisfecho, fue a prepararse.

Los padres esperaban a que su hijo estuviera arreglado. Mientras tanto, veían el debate parlamentario en la televisión. Lo habían hecho coincidir a propósito con aquella jornada porque se trataba de un tema de la máxima importancia y querían darle un valor simbólico. Las Cortes evaluaban la posibilidad de modificar el Código Civil para permitir matrimonios polígamos de uno u otro sexo. Era un asunto controvertido, con grandes corrientes de pensamiento a favor y en contra, por lo que el debate había generado expectación.
Cada parlamentario prestaba tanta atención a su pantalla personal como al discurso del orador de turno. De hecho, a veces le hacían más caso a la pantalla. Desde ahí podían ver, en tiempo real, las idas y venidas de la opinión pública, las estadísticas de aprobación que florecían por la Red. También podían leer los cientos de comentarios que la ciudadanía les enviaba a su monitor, explicando sus motivos a favor y en contra de la reforma.
Todo eso lo tendrían en cuenta antes de votar, por la cuenta que les traía a Sus Señorías. Con la desaparición de la disciplina de voto en los partídos políticos y con la exigencia de listas abiertas en las elecciones, las sesiones de las Cortes habían cambiado mucho.

La cocina sirvió al niño el desayuno como le gustaba, aunque cuando pidió más chocolate a Hogar, el ordenador doméstico le recordó que sus padres habían puesto un límite a eso.
Una vez terminó de arreglarse, se dirigió al salón. Allí, sus padres miraban en la tele a unos hombres aburridos que hablaban de muchas cosas. Él no lo entendía, pero sus padres le habían dicho que era algo muy importante llamado “democracia participativa”. Le explicaron que esos señores trabajaban para ellos, para él, para sus padres, para todo el mundo. Hacían las leyes que la gente les pedía y así todo funcionaba.
Al niño siempre le había parecido fenómeno que hubiera tantas personas trabajando para que las cosas estuvieran bien.
Pero las charlas de hombres aburridos le cansaron pronto. Salió corriendo hacia sus padres y se abrazó a ellos, mientras preguntaba:
– ¿Nos vamos ya a la reunión?

El sol se reflejó en sus caras y la brisa agitó sus cabellos cuando salieron a la calle. Se lo tomaron como un paseo, charlando y bromeando mientras caminaban.
Los padres recibieron un aviso de correo en su ordenador de bolsillo. Se trataba de un mensaje del concejal al que le habían preguntado el día anterior sobre cuánto iban a durar las obras en su calle. Con amabilidad, el concejal les explicaba los plazos previstos, así como el coste de los trabajos (ahorrándoles incluso la nimia tarea de buscar esa información pública en la Red).
Era un mensaje cordial, como no podía ser de otra manera. Si un cargo público no cumplía con su cometido, se arriesgaba a una moción de censura popular. Al fin y al cabo, la soberanía emanaba del pueblo, y era el pueblo quien podía revocar su confianza en cualquier momento.
Huelga decir que, con ese simple cambio, la corrupción política había desaparecido casi por completo.

El niño canturreaba mientras caminaba cogido de las manos de sus padres. Todo lo que veía a su alrededor le resultaba interesante. El perro que se acercó a olisquearlo, los colores de la pastelería, las gentes de diferentes razas que también paseaban, los sonidos de guía para invidentes, el policía que le saludaba con una sonrisa,…
Al niño a veces le daban ganas de salir corriendo y explorar aquel mundo él solo. ¡Había tantas cosas interesantes!

El metro estaba limpio y corría con suavidad. Había más gente de lo habitual, quizá porque todos se dirigían al mismo punto. Por fortuna, el servicio de transportes públicos urbanos era de una notable eficiencia.
Los padres comentaron de forma casual que hacía tiempo que no veían a un sin techo por las calles de la ciudad. Ni recordaban cuándo fue la última vez que alguien tuvo que pedirles dinero para comer.
Ambas situaciones -la eficacia de los servicios públicos y la ausencia de ciudadanos por debajo del umbral de la pobreza- provenían de la misma herramienta: el presupuesto participativo. En el momento en que se dejó a la gente opinar sobre dónde y cómo había que gastar el dinero público, la economía estatal empezó a gestionarse de manera más eficaz. Eso tuvo el beneficio añadido de conseguir fondos para otra reivindicación tradicional, la renta básica ciudadana.
Por el mero hecho de ser habitantes del país y mayores de edad, todas las personas recibían una asignación mensual para sus gastos. Era una cantidad testimonial, pero servía para que nadie necesitara mendigar; incluso para que las familias pobres se pudieran permitir modestos alquileres. También hacía que el mercado laboral fuera más justo, puesto que los parados no se veían obligados a aceptar trabajos basura. Podían permitirse subsistir con su renta básica y los patrones no tenían más remedio que ofrecer empleos dignos. Ello había mejorado la competitividad del país, ya que los trabajadores realizaban las tareas para las que estaban cualificados.

A la salida del metro, el niño abrió ojos como platos. Habían llegado a la reunión. La Puerta del Sol estaba repleta de gente. Miles de seres humanos. Estaban de pie, tranquilos, simplemente dejándose ver y hablando entre ellos. Había personas de todas las edades, de todos los estratos sociales, todos venidos a la celebración del 15 de mayo. El Día del Cambio.
Al niño le encantaba la muchedumbre, sobre todo por su aspecto de felicidad. Todas las caras mostraban alegría, satisfacción. Mirara donde mirara, el niño veía personas contentas de estar ahí, como si la reunión tuviera para ellos un significado secreto que él no imaginaba. Incluso sus padres tenían esa expresión en el rostro mientras saludaban a los desconocidos.
Cuando la curiosidad fue demasiado fuerte, el niño hizo la pregunta que le rondaba por la cabeza.
– Papá, ¿por qué se hace la reunión?
– Porque hoy es un día muy importante. No solo aquí, sino en todo el país. En muchas ciudades ahora mismo hay gente reuniéndose en sitios como este, igual que nosotros.
El niño frunció el ceño al ver que su padre no le aclaraba las cosas.
– Ya, pero, ¿por qué? ¿Por qué venimos todos los años?
Los padres sonrieron e intercambiaron una mirada de complicidad. Por un momento pareció que estaban rememorando algo en su mente, algo que les hacía sentirse bien. Al final, fue su madre la que contestó.
– Porque así empezó todo.
Y se dieron un abrazo.

Fabián Plaza Miranda es abogado y escritor. Bajo el pseudónimo de “El Almirantazgo”, es el responsable del blog “Guerra a la SGAE“, dedicado a combatir la “Ley Sinde”. Fue finalista de los Premios Andrómeda 2008 (por su relato “Piezas de museo”) y Minotauro 2010 (por su novela “Con otros ojos”). Es autor del libro divulgativo “Diplomacia tomando un café“. Su página web es www.fabianplaza.com.

Artículo publicado en el libro/cómic “Yes we camp! Trazos para una (R)evolución“. Editorial DIBBUKS.

4 respostes a “Reunión (Yes we camp!)”

  1. ferran on

    He de fer alguns comentaris sobre les suposicions que fa el text.

    1 “explicando sus motivos a favor y en contra de la reforma” i també “Hacían las leyes que la gente les pedía y así todo funcionaba.” O bé està suposant que tothom qui vota, comenta, o transmet missatges als diputats està informat i ha analitzat racionalment la seva posició; o bé suposa que no cal que passi això per tal que es faci el millor per tothom.

    2 “moción de censura popular” Si la censura popular parteix dels rumors, prejudicis i converses poc informades, és un mal sistema. Exemples són el “Pepe Botella”, que prometia els Drets Civils de Napoleó als espanyols; la caça de bruixes, sàvies remeieres; el polític que fa una tasca important en la penombra i se’l titlla de babau per no saber fer discursos; o en l’altre extrem, el súmmum, personatges públics sobrevalorats només per tenir una habilitat popular (futbol, insults).

    3 “En el momento en que se dejó a la gente opinar sobre dónde y cómo había que gastar el dinero público, la economía estatal empezó a gestionarse de manera más eficaz” L’eficiència prové de l’anàlisi racional, i no de la “opinió” irracional. Només pots optimitzar si analitzes a fons el problema. Si fas cas de gent que només coneix una part del problema, no se solucionarà. L’anàlisi racional ha de mirar totes les parts del problema i connectar-les. És a dir, fer cas a la opinió pública no és la solució. La solució és escoltar la opinió pública, veure si està manipulada o realment proporciona informació, i havent recollit tota la informació extra, analitzar el problema.

    4 “También hacía que el mercado laboral fuera más justo, puesto que los parados no se veían obligados a aceptar trabajos basura” El concepte de trabajo basura cada cop és més ampli. Tant, que sembla que els aturats només puguin acceptar “trabajos chollo”. Un amic meu té una botiga i oferia una feina a mitja jornada. Va desistir, perquè els aturats cobraven només 100€ menys i “no els sortia a compte”. Vull dir que molts aturats se senten massa segurs amb el subsidi, i ni es formen, ni busquen feina seriosament. Per no dir que molts d’ells no tenen cap mena de formació que els permeti “realizar tareas para las que estan cualificados”.

    No sé qui passa el filtre de què es penja aquí i què no, i em sembla que no conec bé el Partit Pirata encara. Però aquest text pressuposa que l’empresari és el dolent i el ciutadà el bo, sota qualsevol circumstància. Parla de llocs de treball, però no de qui els ofereix. Parla del “poble” com si hagués rebut una bona educació i estigués legitimat a decidir sota qualsevol circumstància i sobre qualsevol assumpte. I també justifica l’opinió pública com un ens únic immanipulable, quan amb una societat avançada, hi hauria molta més riquesa d’opinions, i la pública prefabricada, tindria molt menys pes.

    M’encantaria conèixer la posició de la gent de per aquí, sobre aquestes qüestions, no cal que contesteu com “la veu oficial del partit”

    Gràcies!
    Ferran

    Respon
    • Capità Pirata on

      No hi ha “veu oficial” excepte en uns acords mínims. La resta ho resolem per democràcia directa.

      Em sembla que la majoria pensem que la democràcia directa no és perfecta (i és manipulable), però que és molt millor que quan ho decideixen unilateralment els polítics: ells són molt més fàcils de manipular.

      En el teu comentari assumeixes que els polítics sempre “estan informats”, “analitzen racionalment”, “no parteixen de rumors i prejudicis”, “coneixen el problema en la seva totalitat”, “no estan manipulats”, etc. Desgraciadament això no acostuma a ser així 🙁

      Et convidem a que llegeixis el nostre ideari: https://pirates.cat/ca/ideari/ i treguis les teves conclusions.
      Igualment, estàs convidat a qualsevol trobada, fes una ullada al calendari https://pirates.cat/ca/calendari

      Salut!

      Respon
    • Fabián Plaza on

      ¡Hola!

      Soy Fabián, el autor del texto. Muchas gracias por el comentario, y sobre todo por hacerlo tan razonado y cabal.

      Vaya por delante que el texto no fue escrito para PIRATA.CAT, sino para “Yes we camp!”, un libro coral y sin ánimo de lucro sobre el 15-M. Por eso su contenido no es al 100% PIRATA, sino que son mis ideas personales sobre el mundo. En caso de discrepancia, como ya te han dicho, es mejor consultar el ideario PIRATA para saber lo que opina el partido. “Reunión” es un relato que solo comenta lo que opina Fabián Plaza. Lo que pasa es que muchos de los elementos del texto (aunque quizá no todos) coinciden con PIRATA.CAT, por eso se publicó aquí.

      Dicho esto, y agradeciendo otra vez tu comentario, te diré que creo que la gente tiene derecho a votar, incluso en temas técnicos. Mi opinión personal es que estamos en una democracia, no en una tecnocracia. Al fin y al cabo, la gente puede votar cada 4 años quién dirigirá toda la política interior y exterior, la administración civil y militar y la defensa del Estado (artículo 97 de la Constitución, definiendo al Gobierno). Y la gente lo vota sin saber mucho de todos estos temas, y a nadie le escandaliza.

      Votar el presupuesto es tan solo una extensión de un derecho que ya ejercitamos. Además, el presupuesto participativo no es ciencia ficción. Gracias a él, ciudades como Porto Alegre (en Río Grande do Sul, Brasil) han conseguido modernizarse mucho.

      Y hay otras experiencias de democracia directa, como el Landgemeine suizo, en el que los ciudadanos se reúnen cada mes para votar sus necesidades locales en temas que incluyen aspectos económicos.

      En resumen, la democracia directa es más que posible. De hecho, está empíricamente demostrado que funciona.

      Lo mismo vale para la teórica falta de información o para la posible existencia de rumores. Esos riesgos también están en nuestro actual sistema de democracia representativa, y no por eso consideramos que haya que abolir nuestro sistema. En general suponemos que las ventajas superan a los inconvenientes/riesgos y por eso mantenemos el mecanismo democrático vigente.

      Si esos riesgos no nos desaniman para tener un sistema de democracia representativa, mucho menos deberían desanimarnos para tener uno de democracia directa, en el que las decisiones las tomáramos nosotros y no personas sobre las que no ejercemos ningún tipo de control.

      Y paro ya, que no quiero aburrirte. Insisto en que estos son mis pensamientos personales y no la opinión de PIRATA.CAT, pero espero que te haya servido para aclarar lo que quería decir en el relato.

      ¡Ah, y gracias por leerlo! 🙂

      Un abrazo,
      Fabián Plaza Miranda.

      Respon
  2. ferran on

    Ostres, no vaig rebre notificació de resposta i em pensava que no havia contestat ningú :S
    Perfecte, doncs. Com va dir Jack the Ripper, anem per parts:

    Primerament vull aclarir que sóc molt proper a l’ideari pirata, el qual m’he llegit, i crec que bona part de les meves idees hi encaixen. Per exemple, descarto directament la possibilitat que deies que els polítics actuïn racionalment, en resum. Ho fan, però amb objectius de partit, i no de societat, i amb una lògica falsa, i no matemàtica.

    Ara agafaré la bici i us faig una visita, de tota manera 🙂

    A Fabián,
    Entenc que expresses les teves idees, però volia veure fins a quin punt coincideixen amb les pirates. Aprofito igualment per avançar amb el debat.

    Començo dient que no estic a favor de la democràcia que tenim ara, perquè si això és democràcia, jo estic en contra de la democràcia. Per a mi, la democràcia ha de servir per arribar a un consens pel que fa als valors preferents. Ara bé, la meva posició és que només s’hauria de recórrer a la democràcia quan l’anàlisi objectiva, racional científica, no pogués arribar.

    Pot sonar elitista, tecnòcrata, o de moltes maneres, però vull explicar-me millor. En la meva utopia, suposem que s’ha arribat a la necessitat de construir un pont per travessar un riu. Bé, aquesta necessitat tothom l’accepta i entén que aquesta és la solució. Però hi ha un problema. Hi ha diversos barris al costat dels quals es pot construir. Es podria portar directament a votació, i guanyaria probablement el barri amb més població, o es podrien analitzar abans les diverses opcions. S’haurien de fer estudis geològics, d’urbanisme, econòmics (per quin es necessiten menys recursos), d’impacte mediambiental i segurament molts d’altres. Possiblement, hi hauria una opció preferible, i arribat el cas, una millor opció per al conjunt de la societat. Ara bé, si havent-se descartat un parell d’opcions per inviables haguessin quedat dos llocs, com que l’anàlisi ens ha dit que tots dos són iguals de bons, aquí tindria sentit la democràcia, per a mi, perquè ara té sentit donar pas a les preferències personals o individuals. Una altra d’infinites seria que un lloc fóra millor per al transport humà però l’altre fos més barat. Llavors, informant els votants, es podria decidir per democràcia què és més important, per tant, valors.

    Espero haver-me explicat bé, i que enteneu que a mi sí que m’escandalitza que ningú es plantegi la legitimitat de la democràcia, quan es defensa a capa i espasa. Només sent honestos amb els propis valors i havent-los posat en dubte, s’és capaç de defensar-los honorablement.

    Respecte al paràgraf següent:
    “Lo mismo vale para la teórica falta de información o para la posible existencia de rumores. Esos riesgos también están en nuestro actual sistema de democracia representativa, y no por eso consideramos que haya que abolir nuestro sistema. En general suponemos que las ventajas superan a los inconvenientes/riesgos y por eso mantenemos el mecanismo democrático vigente.”
    No sé si comentar radicalment, abstendre’m, o fer veure que estic d’acord amb tu. Em limitaré a negar que la democràcia representativa, i més de partits, sigui justa; i també negaré que la gent estigui informada, no faci cas de rumors i que actuï racionalment. Parlo de “les masses”, la gent que per motius de classe no ha tingut accés a una bona educació, no només de cultura, sinó personal, i els valors que han mamat, són els de consumidors necessaris pel consumisme. Crec en l’ésser humà, i que tothom és capaç d’entendre-ho tot, això sí, també crec que per les circumstàncies que siguin, hi ha humans que acaben fen mal a d’altres, i que ara mateix “les masses” són víctima inconscient.

    Si t’interessa, puc desenvolupar meś aquests punts, o continuar amb les conseqüències d’això, i em faràs el favor d’haver d’ordenar-me el cap, i possiblement, també d’aportar-me nous punts de vista.

    Tot i els comentaris, la sensació general que em transmet l’escrit és molt bona, tan per la qualitat del text com pels sentiments que desprèn. Està prou argumentat per ser narració i omple d’iŀlusió al canvi, felicitats.

    Salut,
    Ferran

    Respon

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