Ahora que el movimiento de las Acampadas parece estar planteándose un cambio de estrategia, tal vez sea oportuno, para evitar manipulaciones de última hora, echar un vistazo a sus orígenes y compararlo con otros movimientos similares. El artículo publicado hace poco más de una semana por M.Bauwens en P2P Foundation (29/05/2011) puede ser un buen punto de partida.
En España, la organización de las acampadas de protesta es sorprendente: funcionan como pequeños “kibbutzim” en los cuales todo el mundo comparte lo que tiene y donde las decisiones se toman por consenso. En sus carteles, pueden leerse consignas tan imaginativas como las del Mayo del 68 en París: “Nuestros sueños son demasiado grandes para sus urnas”, “Pienso, luego molesto”, “Sin casa, sin trabajo, sin pensión, sin miedo”, “Seguir leyendo….”, “Toma la calle”, “No estoy contra el sistema, el sistema está contra mi”,”Vuestro botín, mi ruina” (refiriéndose a la familia Botín, propietaria del Banco de Santander). Contrariamente a lo que pudiera esperarse, en los eslóganes se encuentran pocas críticas a los dirigentes políticos. Las críticas se centran en la falta de participación en la toma de decisiones y contra la tiranía de los mercados sobre la clase política. Estos manifestantes no son, ni mucho menos, apolíticos; les gusta autodefinirse como “superpolíticos” (Pedro Moreno)
Estos ciudadanos, que están de acuerdo en lo que no quieren —por ejemplo, una dictadura de los mercados en manos de una clase de depredadores financieros— y que son personas de mente abierta sobre el futuro, ¿que están pidiendo?
La respuesta es muy simple: una real y verdadera democracia, ya que ello dejaría abiertas todas las opciones posibles para poder crear “otros mundos”.
Esta es la razón por la cual la relativa indeterminación de este movimiento no es un error, sino más bien una ventaja. Nos indica que las fuerzas de la sociedad civil han encontrado finalmente un formato para sus protestas y una plataforma unificadora. Es por esto por lo que podemos afirmar que lo sucedido en España constituye la Zona Cero, el inicio de un proceso de profunda transformación de nuestra civilización y de su política económica. Es aún pronto, apenas si han aparecido algunos brotes verdes, y las nuevas generaciones deberán educarse políticamente para poder hacer frente a la represión y a los obstáculos que se avecinan; pero ya se ha dado el punto de inflexión y algo nuevo está ya creciendo y extendiéndose por el mundo. [Véase también: “Anonymous llama a una Revolución P2P Global”]
A continuación se presentan unos análisis mas detallados, procedentes de diversas fuentes:
1.Pablo Ouziel:
“Finalmente España ha retomado su pasado radical, sus movimientos populares, sus tradiciones anarco-sindicalistas y sus sueños republicanos. Aplastada por el “Generalísimo” Francisco Franco hace sesenta años, parecía que la cultura popular española no se recuperaría del vacío dejado por una dictadura de derechas, que exterminó cualquier signo de disidencia; pero el 15 de Mayo de 2011 ha recordado a aquellos que detentan el poder que la democracia directa en España sigue viva y que finalmente ha despertado.
En la década de los 70, mediante un proceso de transición pactada, se transformaron las estructuras totalitarias en una democracia representativa en la cual permanecieron intactas las estructuras económicas anteriores. Para las generaciones incultas de aquellos días, crecidas en un país asolado por la pobreza, las concesiones realizadas por las élites del país parecieron algo digno de celebrar.
Sin embargo, a medida que fueron pasando los años, las empresas estatales fueron privatizándose, privando al país de su riqueza colectiva, y la escena política iba cristalizando en una pseudodemocracia en la que dos grandes partidos, PP y PSOE, marginalizaron cualquier alternativa realmente democrática. A medida que se fue materializando este proyecto neo-liberal fue resurgiendo el descontento, pero los promotores del miedo, aquellos que una vez lucharon por la democracia, no se cansaban de recordar a los jóvenes los peligros que comportaba la rebelión. Durante décadas, el mantra de España fue: “es mejor seguir como estamos que volver al totalitarismo del pasado; y si agitáis demasiado el sistema, os privará de los derechos que tanto nos costó conseguir”. Así, la juventud permaneció en silencio y temerosa de lo que podría suceder si hablaba, al tiempo que era acusada de indiferencia por los mismos que le habían infundido dicho temor.Según ellos, eran los jóvenes, que al no querer trabajar mantenían al país en la depresión económica. Pero los jóvenes han dejado de jugar a este perverso juego de culpa y conscientes de los verdaderos riesgos para su futuro, han animado al país a movilizarse.
Un fallido proyecto europeo, que se ha apresurado a reinstaurar sus fronteras interiores, un Euro al borde del colapso y los ejemplos de Grecia Portugal e Irlanda, han recordado a los ciudadanos aquello de lo que hay que distanciarse y las libertades por las que se debe luchar. El proyecto económico y político de las élites ha destruido las aspiraciones económicas de generaciones enteras de ingenuos y apáticos españoles; dejaron el país en manos de los especuladores de bonos y de los bancos centrales y ahora, estos mismos españoles, deberán pagar las consecuencias. Sin embargo, los españoles, además de acumular deuda, también han ganado en educación, que les permite entender lo que está sucediendo y el cómo pueden librarse de la tiranía de su gobierno.
Lo que ha comenzado en la Puerta del Sol de Madrid y se ha extendido a 52 ciudades más, es la cristalización de un movimiento popular por la libertad, que no tiene intención alguna de desaparecer. Los ciudadanos no tuvieron elección, o tomaban las plazas como símbolo de su lucha, o su mensaje nunca sería escuchado. El Gobierno, consciente de ello, se apresuró a responder intentando dispersar la multitud utilizando la fuerza policial; pero tras algunas detenciones, los ciudadanos volvieron con mas fuerza aún.
En España ha comenzado una revolución silenciosa, una revolución no violenta que busca la democracia a través de métodos democráticos, justicia a través de medios justos y la paz a través de medios pacíficos; y que finalmente ha conseguido capturar la imaginación del pueblo español. Ahora ya no hay vuelta atrás.
El desafío será mantener el colectivo espíritu no violento frente a la actitud de las fuerzas de policía, empeñadas a desintegrar el movimiento en un caos de violencia que justifique su represión. El movimiento popular deberá también mantenerse alerta frente a los especuladores que amenazan al país con sanciones económicas con el fin de someter a su voluntad la población; deberá articularse un programa constructivo para que el movimiento pueda seguir funcionando y proporcionando alternativas sostenibles para una España diferente.
Esperemos que de entre la multitud surja un comité de dirección, capaz de plantear demandas claras y viables que puedan apoderarse de la imaginación del país y forzar a la élite política a cumplirlas. Estos son tiempos delicados para España; si este movimiento espontáneo y no violento tiene éxito, España podrá dar la bienvenida a un futuro brillante. Si falla, me temo que la violencia se convertirá en la única opción para los que sufren. Lo que pueden hacer por España aquellos que se encuentran fuera del país es hacerse eco de los gritos de indignación que llegan desde las calles. Hasta ahora, los medios de comunicación de masas, progresistas o no, han optado por mantener silencio. Esperemos que este silencio se acabe rompiendo.”
2.Pedro Silverio Moreno se centra en explicar como este movimiento nació a raíz de unas campañas en contra de la represión en Internet.
“El 15 de febrero de 2011, PSOE, PP y CiU se pusieron de acuerdo para aprobar una ley sobre el uso de Internet que iba en contra de los intereses de la mayoría de la población; inicialmente nadie protestó. Sin embargo, una vez aprobada la ley, las redes sociales comenzaron a “zumbar”. Según los cables hechos públicos por WikeLeaks, dicha ley fue el fruto de un trabajo conjunto entre la Embajada de los EEUU y el Ministerio de Cultura de España.
Uno de los aspectos particularmente controvertidos de esta ley es el referente a la posibilidad de cierre de un sitio web, sin espacio alguno para la supervisión judicial, si un denunciante anónimo afirma que está publicando contenidos protegidos por copyright. Fué en Twitter donde surgió la respuesta mas importante: #nolesvotes; un mensaje dirigidos a los votantes de las elecciones administrativas del 22 de mayo, pidiéndoles que no votases a aquellas formaciones políticas responsables de la ley (PP, PSOE y CiU). Los resultados de las elecciones administrativas del 12 de mayo nos muestran que dichos partidos políticos perdieron un 5,8%. Juntos, ahora gobiernan con menos del 69% de los votos. Lo que ha marcado la diferencia es la “SpanishRevolution”.
Al principio, nadie, ni los medios de comunicación tradicionales ni los grandes partidos políticos, pensaron que se tratara de un fenómeno relevante. El 15 de mayo convocaron manifestaciones en las principales ciudades españolas bajo el lema de “¡Democracia Real Ya!”. El domingo por la tarde, las principales plazas de España estaban a rebosar de ciudadanos gritando y pidiendo mas participación democrática y una mayor transparencia en las decisiones políticas. Desde entonces han estado ocupando la Puerta del Sol, la plaza central de Madrid, y un peligrosos virus democrático empezó a extenderse por el resto del país. Durante las siguientes semanas se han ido lanzando mensajes desde cientos de nuevos campos, llegando más allá de los límites de estos.
En España, la organización de las acampadas de protesta es sorprendente: funcionan como pequeños “kibbutzim” en los cuales todo el mundo comparte lo que tiene y donde las decisiones se toman por consenso. En sus carteles pueden leerse consignas tan imaginativas como las del Mayo del 68 en París: “Nuestros sueños son demasiado grandes para sus urnas”, “Pienso, luego molesto”, “Sin casa, sin trabajo, sin pensión, sin miedo”, “Seguir leyendo….”, “Toma la calle”, “No estoy contra el sistema, el sistema está contra mi”,”Vuestro botín, mi ruina” (refiriéndose la la familia Botín, propietaria del Banco de Santander). Contrariamente a lo que pudiera esperarse, en los eslóganes se encuentran pocas críticas a los dirigentes políticos. Las críticas se centran en la falta de participación en la toma de decisiones y contra la tiranía de los mercados sobre la clase política. Estos manifestantes no son, ni mucho menos, apolíticos; les gusta autodefinirse cono “superpolíticos” . La llamada a la gente que debía votar el domingo 22 era en contra de la abstención, explicando la diferencia de esta con los votos nulos o en blanco.
Afortunadamente la participación subió: un 65% de los 34 millones de votantes depositó su papeleta en las urnas.
Desde un primer momento, la vida en la AcampadaSol y el el resto de las acampadas, ha resultado ser extremadamente resistente a la violencia. Durante el periodo previo a las elecciones locales, todos los candidatos se asustaron por las consecuencias electorales que pudiera tener este movimiento: los socialistas por que sabían que muchos de los ciudadanos que ocupaban las plazas eran votantes socialistas desilusionados; los conservadores por qué se acordaban de los movimientos ciudadanos y de las manifestaciones frente a sus sedes tras los sucesos del 11 de Marzo, que los llevó a la pérdida del poder. La Junta Electoral Central trató de impedir que las ocupaciones siguiesen durante la jornada de reflexión y el día del sufragio, argumentando que las protestas podían influir en los resultados electorales. Pasaron los plazos fijados para los desalojos. El Gobierno manifestó que si no hay incidentes la policía no desalojará las plazas. Los acampados celebraron la decisión y decidieron permanecer, como mínimo, una semana mas ocupando las plazas.”
Traducción de Antoni Serra Devecchi